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Chile Vive
Para matar al hombre de la paz
para golpear su frente limpia de pesadillas
tuvieron que convertirse en pesadilla,
para vencer al hombre de la paz
tuvieron que congregar todos los odios
y además los aviones y los tanques,
para batir al hombre de la paz
tuvieron que bombardearlo, hacerlo llama,
porque el hombre de la paz era una fortaleza
Para matar al hombre de la paz
tuvieron que desatar la guerra turbia,
para vencer al hombre de la paz
y acallar su voz modesta y taladrante
tuvieron que empujar el terror hasta el abismo
y matar más para seguir matando,
para batir al hombre de la paz
tuvieron que asesinarlo muchas veces
porque el hombre de la paz era una fortaleza,
Para matar al hombre de la paz
tuvieron que imaginar que era una tropa,
una armada, una hueste, una brigada,
tuvieron que creer que era otro ejército,
pero el hombre de la paz era tan sólo un pueblo
y tenía en sus manos un fusil y un mandato
y eran necesarios más tanques, más rencores
más bombas, más aviones, más oprobios
porque el hombre de la paz era una fortaleza
Para matar al hombre de la paz
para golpear su frente limpia de pesadillas
tuvieron que convertirse en pesadilla,
para vencer al hombre de la paz
tuvieron que afiliarse siempre a la muerte
matar y matar más para seguir matando
y condenarse a la blindada soledad,
para matar al hombre que era un pueblo
tuvieron que quedarse sin el pueblo.
Mario Benedetti **– Homenagem a Salvador Allende
**poeta uruguaio
How many times must a man look up, Before he can see the sky? How many ears must one man have, Before he can hear people cry? The answer, my friend, is blowin' in the wind. The answer is blowin' in the wind.
terça-feira, setembro 11, 2007
Em memória de Salvador Allende
Para ti Salvador
Allende, en la furia del mar junto al litoral
se sostiene el eco de insólitos recuerdos
del heroico e infalible luchador social
sus sueños no cesarán y su vida entregara.
Allende, por las alturas de los Andes
tu alma traicionada y doliente vaga y vuela
buscando el corazón de un pueblo dormido
y una verdad distorsionada solo queda.
Allende, en las frías alamedas despierta
el desencanto de las metrallas del odio
que callaron el timbre tranquilo de tu voz
y la luz febril de tu palabra ausente.
Allende, vives en esperanzados rincones
y donde ha habido una llama por apagarse
miles se han encendido para iluminarte
y el pueblo lento espera para organizarse.
Allende, compañero consecuente del alma
Chile hoy se sostiene en una aparente calma.
Las luchas sociales más desigual que antes;
el pobre más pobre y los ricos delirantes.
Sergio Mouat*
*poeta chileno
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