El silencio
Yo te
espero, mi amor, para el silencio.
¿Para qué
cantar más cuando ya seas cierta?
Cansado de
gritar de maravilla,
cansado del
asombro sin palabras,
me callaré
despacio, como el niño feliz
que se
duerme, en las manos el juguete.
Tardarás
mucho tiempo en dormirme del todo,
en borrarme
los últimos recuerdos que me hieren,
lentísimos
recuerdos sin forma ni sustancia;
sombra más
bien, o sangre y carne casi,
con raíces
que entraron mientras iba creciendo.
Y tendré el
blanco sueño de la infancia
desde el que
hablaba a Dios, aun a mi lado;
aquel sueño,
tan cerca de la muerte,
que podía
llegar, serena, clara,
a volverme a
mi origen, aun casi en el recuerdo.
Sueño que no
será como el de ahora,
lleno de
ávidos pozos, de agujeros
que de repente
se abren a la nada;
porque
tendrá, disuelta en su materia,
como nana de
madre,
tu voz muda,
la luz de tu existencia,
tapizando
las salas de mi sueño.
No me pidas
que cante cuando vengas.
Cansado
estoy del canto. Tú has de ser la paz última
el blanco
umbral de Dios...
Sólo oirás
mi silencio, como rumor de fuente,
como la paz
de un lago, creada por tus manos,
trayéndote
el reflejo de Dios para alabarte.
Confundidas
las almas
en las
anchas llanuras del silencio, en su noche
sin borde,
esperaremos..
(escritor
estremenho nascido faz hoje 89 anos)
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